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Gobierno corporativo y el futuro de la organización

J Felipe Cajiga


Gobernanza Corporativa: Una Conversación entre Ética y Confianza


¿Alguna vez te has preguntado qué hace que una empresa sea exitosa y global? A menudo, en nuestra mente colectiva, imaginamos una organización con estándares y prácticas sólidas que cimentan su éxito.


Enron fue un ejemplo de ello, aunque con un giro inesperado. A simple vista, se trataba de una empresa ejemplar, referente no solo dentro de su sector, sino en la comunidad empresarial y financiera. Sin embargo, los cimientos de su éxito escondían grietas profundas en su gobernanza corporativa, una lección que todos en el mundo empresarial deberíamos recordar.


La gobernanza corporativa, aunque puede sonar compleja, se resume en cómo se gobierna una empresa para alcanzar sus objetivos. Si bien la gobernabilidad se centra en tres actores clave: inversionistas, consejeros y director general, su finalidad está dirigida a garantizar certeza y confianza a todos los públicos de la empresa.


¿Pero qué sucede cuando esta confianza se rompe?


En el caso de Enron, este rompimiento se debió en gran parte a un gobierno corporativo que no solo falló en su función, sino que priorizó objetivos de corto plazo, como la rápida generación de riqueza, por encima de cualquier otro interés. La realidad mostró una red de complicidades, malas decisiones y falta de ética que terminó por hundir a un gigante.


Y aquí viene la reflexión: más allá de cumplir con la ley y establecer un sistema de gobernanza corporativa, es esencial que este cuente con mecanismos de control efectivos. No se puede ser juez y parte al mismo tiempo. La gobernanza debe estar apegada a los valores de la empresa y priorizarlos ante cualquier conflicto. Pero también es crucial que las empresas vayan más allá de la transparencia y cultiven la confianza.


El legado de Enron, Parmalat y otros escándalos que hemos presenciado, como los revelados por los Panamá y Pandora Papers, nos demuestran que la ética en la gobernanza corporativa es un viaje en constante evolución. La comunicación abierta y la transparencia son el camino, pero la confianza es el destino. Una vez que se pierde, su reconquista se convierte en una batalla cuesta arriba.


Recomendaciones Prácticas



Entonces, ¿qué pueden hacer las empresas y organizaciones para garantizar un comportamiento ejemplar y consciente?


Establecer Valores Claros: Más allá de palabras en un papel, los valores deben ser el norte de todas las decisiones empresariales.


Desarrollar Mecanismos de Control: Es esencial que las empresas cuenten con sistemas robustos que revisen y monitoreen las decisiones, y que estos mecanismos sean independientes de la operación diaria.


Promover la Transparencia: La información no solo debe ser precisa, sino también accesible. Las empresas deben esforzarse por comunicar de manera abierta y transparente.


Cultivar la Confianza: Más que un objetivo, la confianza debe ser una filosofía. Las empresas deben trabajar constantemente para construir y mantener la confianza de todos sus grupos de relación.


Educación Continua: Las empresas deben invertir en la formación y educación de su personal, promoviendo siempre una ética empresarial sólida.


Concluyendo, la gobernanza corporativa no es solo un requisito para grandes empresas que cotizan en bolsa; es una necesidad para todas las organizaciones que buscan crecer de manera sostenible y responsable.


Porque al final del día, más allá de las cifras y las utilidades, está el legado que dejamos y la forma en que impactamos a la sociedad.

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